El Plan S es una iniciativa que pretende lograr el acceso abierto completo y de forma inmediata a las publicaciones financiadas con fondos públicos

En la Reunión Norteamericana ISMTE 2019, Rick Anderson, Decano Asociado de Collections & Scholarly Communication de la Biblioteca J. Willard Marriott de la Universidad de Utah, y Micah Vandegrift, Open Knowledge Librarian de las Bibliotecas de la Universidad del Estado de Carolina del Norte, discutieron sus diferentes opiniones con respecto a algunos de los puntos más delicados del Plan S.

El Plan S  ha sido impulsado por cOALition S, un grupo de importantes organizaciones que financian la investigación (Wellcome Trust, Bill & Melinda Gates Foundation, y las agencias nacionales de financiación de la investigación de más de 10 países europeos).

Para la reunión, los presentadores prepararon algunas respuestas a distintas preguntas y comenzaron discutiendo la importancia del proyecto.

¿Es necesario el Plan S?

Para poder responder a esta premisa, Rick Anderson planteó que hay que pensar en para qué es importante el plan.

Señaló, por lo tanto, que si el objetivo es alcanzar el acceso universal, entonces el Plan S es absolutamente necesario. Por otro lado, si el objetivo no es insistir en un acceso abierto, no es necesario. Sin embargo, entiende que no hay que oponerse al mismo ya que es una iniciativa que puede coexistir con otras.

Por su parte, Micah Vandegrift respondió que “es necesario porque los financiadores quieren avanzar hacia un ecosistema de investigación abierto de forma más rápida”. Añadió, también, que el proyecto es necesario porque lo ‘abierto’ es el futuro cercano y, porque los financiadores lo desean ya que les da ventaja sobre los publicadores.

¿Cómo el Plan S afectará a las pequeñas editoriales, a los investigadores y a los autores?

Ambos, Rick Anderson y Micah Vandegrift coincidieron en que la respuesta sobre los efectos que pueda tener el Plan S en las pequeñas editoriales o en las editoriales sin fines de lucro es especulativa.

Para Anderson, el impacto que tiene el plan sobre las pequeñas editoriales es indirecto, por lo que es difícil de medir, a diferencia del impacto directo que tiene sobre los autores e investigadores.

“Cuando se trata de editoriales en general, Plan S tiene el mayor potencial para causar problemas a las más pequeños y sin fines de lucro, no obstante, es considerado una amenaza menor para las de mayor poder comercial”, sostuvo Anderson.

En el caso de los autores e investigadores, medir el impacto de la iniciativa es más sencillo.

“El mayor impacto que Plan S tendrá sobre los investigadores es forzarlos a tener que lidiar con la comercialización y la propiedad de su trabajo”, explicó Vandegrift. Dado a que las investigaciones son costosas, el experto entiende que los autores deben balancear sus principios y su ética personal con la venta de sus ideas.

En sus respuestas, los estudiosos recalcaron que la meta final es la democratización del conocimiento y el acceso abierto y que, aunque iniciativas como el Plan S son un proceso de cambio que requiere tiempo, es importante adaptarse.

Además de estas interrogantes, los académicos respondieron a otras más en relación a las consecuencias del Plan S, la adaptación de la iniciativa, etc; las cuales están accesibles en la red.

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